Mi hijo no es normal

Mi hijo no es normal.

Tengo mis razones para decirlo.

Y si tú tienes hijos y lees este correo, quizá entiendas por qué digo que tú también puedes llegar a decir lo mismo.

Por tus razones, claro.

Pero antes de saltar a conclusiones de si esa “no normalidad” es algo malo, bueno, peligroso o X, te pido un respiro y que continues leyendo.

Ok, Ok, Ok...

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✅ Por cierto en el Webinario Gratuito que presentaré el 10 de octubre ampliaré este tema desde el ángulo de los patrones que heredamos ciegamente de generación en generación —como hijos y como padres.

​Tienes la invitación al Webinario al final de este Quiz de regalo​ sobre «¿Qué tanto está tu infancia afectando hoy tu parentalidad y tu vida?» (recibirás el resultado + un análisis inmediatamente).

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La idea de una persona «normal» es un constructo que no alcanza a captar la complejidad y la riqueza de la experiencia humana.

🚫 Es una perspectiva limitada, injusta y problemática que puede hacer que especialmente niños y adolescentes tomen acciones incluso fatales, al auto-percibirse en peligro por estar “fuera de los cánones” que sus padres y pares aceptan y dan por “normales” o “buenos”.

Yo comencé a notarlo en mi adolescencia, cuando con frecuencia mis amigas en el colegio me llamaban “anormal” por mi escritura en espejo, o algunas de mis ideas o preferencias.

¡Pero para mí yo era tan “normal” como ellas lo eran para ellas mismas!

Incluso las monjas de mi colegio me pegaban con una regla en la mano y obligaban a escribir con la mano derecha, siendo yo zurda, porque según ellas eso “no estaba bien” y “no era lo normal” .

Afortunadamente mi mamá tenía el concepto de “normalidad” clarísimo y defendió fieramente mis derechos y MI normal ante las monjas.

Abrazar las particularidades de mi hijo, lo que lo hace ser él como individuo único, también fue/es clave en nuestra relación, especialmente cuando en su adolescencia se activaron modificaciones súbitas en su conducta y personalidad.

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❓¿Recuerdas si en ti —o en tus hijos— hubo algún momento puntual en el que se reforzaron o despertaron singularidades que, tal vez, entonces no comprendías, ni sabías de dónde surgían?

❓¿Cómo lo interpretaste? ¿Si te sucediera ahora, qué crees que harías?

❓ ¿Qué hiciste en ese momento ante ello? ¿Lo rechazaste porque querías volver al “normal” de antes? ¿Buscaste aprender de qué te hablaba y a qué te invitaba?

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Cada individuo construye su esencia personal a través de elecciones, experiencias y contextos, con lo que no existe una personalidad «normal» predefinida, sino que cada individuo es una amalgama única en progreso continuo.

Al mismo tiempo no podemos entender a una persona aislada de su contexto familiar, tal como postula la Teoría de Sistemas Familiares.

Porque las personalidades se desarrollan a través de complejas interacciones dentro de la dinámica familiar, incluidos los roles, los patrones de comunicación y los intercambios emocionales.

Es im-po-si-ble nadar en las aguas de una familia, y salir seco.

Cada familia crea su propio conjunto de normas y expectativas, lo que da lugar a un abanico diverso de personalidades que no pueden clasificarse como «normales» o «anormales».

Súmale a ello que a lo largo de la vida surgen traumas, trastornos y condiciones de salud cerebral, mental, emocional y espiritual… ¡y tenemos un coctel que anula por completo el concepto de “normalidad”!

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Por otra parte la influencia de las generaciones anteriores también desempeña un papel crucial en el desarrollo de la personalidad.

Los rasgos y comportamientos pueden transmitirse de generación en generación, creando un rico tapiz de rasgos de personalidad que reflejan tanto las elecciones individuales como los legados familiares.

Este ​aspecto multigeneracional​ pone de relieve que la personalidad no es sólo un producto de las características individuales, sino también un reflejo de historias familiares colectivas.

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Por ello el Webinario Gratuito que presentaré el 10 de octubre (​al que tendrás la opción de registrarte una vez que hagas el quiz aquí​), es tan pero tan relevante para ampliar nuestro repertorio de referencias y conceptos.

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Comprender y aceptar esta diversidad no sólo enriquece nuestra comprensión del comportamiento humano, sino que también fomenta una sociedad más compasiva e inclusiva.

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Espero que el ​Quiz​ te ayude a comprenderTE un poco más.

¡Y que nos vemos en el ​Webinario​ el 10 de octubre!

Seguimos despertando,

Evelyn