Al carajo con las expectativas
Fucking expectativas.
Las de la gente.
Las propias.
Las culturales.
Las inventadas.
Las razonables.
Las positivas.
Las negativas.
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Especialmente las relacionadas a la maternidad.
Pero mete en la misma caja las expectativas sobre “cómo debería ser” cualquier cosa o persona: los papás, las mujeres, hombres, las relaciones, la crianza, emprender, hacer dinero, los cuerpos de las personas, “envejecer”, etc. etc. etc.
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Definamos expectativas:
Creencias o suposiciones sobre lo que probablemente ocurrirá en el futuro basadas en experiencias o razonamientos pasados.
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¿Por qué la antipatía con ellas?
Porque…
… no son confiables.
… son una distorsión de la realidad.
… secuestran la serenidad.
… atentan contra el entusiasmo genuino.
… se inclinan por posturas extremistas.
… están cargadas de estereotipos.
… son alimento para nuestras resistencias.
… suelen incrementar nuestros niveles de estrés.
… nos predisponen a condicionar nuestro bienestar a lo que ocurra.
… promueven quedarnos «en la cabeza» —en los juicios y las racionalizaciones.
… pueden convertirse en excusas para evadir lo que es y está siendo.
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“La maternidad es…”
Cualquier expresión que siga a “la maternidad es…” vendrá desde los ojos de quien la diga.
Y revelará SU mirada, sus miedos, sus referencias, su filosofía de vida, sus creencias, sus perspectivas y… sus expectativas.
Suelo ver asociaciones tóxicas, dramáticas, cínicas y culpabilizantes tanto de quienes “defienden” como quienes “atacan” a las mamás y su rol.
Es un juego de nunca ganar.
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Es innegable que hay un peso enorme sobre la maternidad y lo que se espera de nosotras al ejercer el rol.
Más que sobre los papás, hay que admitirlo.
El tema es que no solo entra en juego lo que “otros” esperan.
Sino lo que como individuo, cada mujer espera de sí misma.
Entregarnos a “cumplir” con esas imposiciones disfuncionales sin cuestionamiento, sin indagación y desde posturas de culpa e insuficiencia, es injusto e innecesariamente doloroso.
Junto a la auto-compasión, sinceridad y decisión de vivir la verdad propia… se hace entonces indispensable la indagación y el auto-conocimiento.
Ojalá que no desde la masturbación mental, porque el yo-con-yo tiene limitaciones (nadie puede enseñarse un nuevo idioma a sí mismo sin algún tipo de herramienta externa).
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¿Por dónde empezar?
No podemos cambiar las expectativas sociales mágicamente y de forma colectiva.
Nos queda irlas cambiando una a una, mujer por mujer, madre a madre.
👁️ Ese proceso inicia en la mirada como individuo de cada mujer, sea madre o no.
La manera en que vives tu rol como hija, pareja, amiga, hermana, emprendedora y/o, por supuesto, mamá…
Las amistades que escoges…
El trabajo que haces o dejas de hacer…
Las aventuras a las que les dices sí o no…
Tus juicios sobre la sociedad y otras personas…
Las posibilidades a las que conectas o dejas de reconocer…
Los sistemas educativos, religiosos o de salud a los que te sumas…
… TODO lo anterior surge de tu manera personal de mirar y mirarTE.
Así que intervenir tu mirada y procesar el espacio emocional interno desde el que se refuerza, siempre será el recurso más valioso al que puedas acercarte.
Sé que hacerse preguntas a uno mismo suele ser un reto.
Así que te dejo una lista de preguntas para que comiences a conocerte un poco más, desde el ángulo de las expectativas que en ti pueden estar activas.
Puedes hacértelas en solitario o compartirlas con quien quieras explorar para recibir mirada externa:
¿De dónde provienen mis ideas de lo que “deberían ser” los roles de mamá y papá? ¿De dónde surgen? ¿Cómo las aprendí?
¿Qué es realmente criar para mí? ¿Creo que es intuitivo o “aprendible”?
¿Son mis respuestas y reacciones como individuo y en la parentalidad conscientes o automáticas? ¿Sé cómo pienso o estoy operando a ciegas?
¿Qué significa vivir una vida plena y significativa? ¿Qué necesita darse para sentirme así sobre mi vida?
¿De qué formas puedo estar alimentando expectativas sin darme cuenta? ¿A quiénes escucho o leo? ¿De qué contenidos me alimentos? ¿Qué perspectivas valido?
¿Qué define una familia en la actualidad? ¿Qué esperas de una familia, para que la consideres como tal?
¿Qué significa ser leal a nuestros seres queridos? ¿Esperas que otros sean leales contigo? ¿De qué manera?
¿He abierto espacios de conversación con mi pareja sobre lo que es la parentalidad? ¿Me siento comprendido/a o invalidada/o?
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Te recuerdo que los primeros cinco días de cada mes, abro el registro a mis comunidades «Continuum ∞ Membresía» y «Divenire» que son espacios de aprendizaje, claridad y conexión de incalculable valor, calidad y servicio que pongo a tu disposición. La próxima oportunidad se abre el 1ro. de junio.
Recibe un abrazo y… seguimos.
Evelyn
Cada otro jueves, nuevas reflexiones sobre hijez y parentalidad consciente para seguir conectando a tu sabiduría.